El acusado es Carlos Iturriza Landó, un funcionario que desde hace dos semanas está siendo juzgado por haber abusado de al menos siete mujeres que lo denunciaron desde 2011. Hoy leerán los alegatos. La curiosa defensa de su abogado defensor.
Se desnudaba en su despacho, en pasillos y ascensores y atacaba a las chicas de limpieza. Pero cuando estaba de traje frente a sus pares también solía tener conductas absolutamente repudiables, como manoseo, toqueteo y hasta apretones en el cuerpo con la finalidad de satisfacer su deseo.
Incluso, hay testimonios que no fueron llevados a juicio pero que constan en la investigación previa y que dan cuenta de familiares de víctimas de delitos o hasta de condenados a quienes les ofrecía mejorar sus condiciones a cambio de mantener relaciones sexuales. A esas mujeres, de diferentes edades, las citaba en horarios recónditos a su despacho de la calle Colón y les salía con la propuesta indecente. “Había mujeres que iban golpeadas a denunciar violencia de género y a una de ellas le hizo abrir su camisa para mostrarle los senos. Una compañera de él, que estaba en el escritorio siguiente, lo paró y le dijo a la denunciante que se abroche los botones porque no era necesario”, relató una fuente judicial a Primer Plano On Line.
Carlos Iturriza Landó, el protagonista de esta historia escandalosa, estará sentado en el banquillo de los acusados hoy por la mañana por penúltima vez en el juicio que lleva adelante el juez Lucas Varangot, y cuyos fiscales son Daniela Barroso y Leonardo Lisa. Todavía sigue siendo empleado de la Fiscalía General de Morón y depende de la Procuración General bonaerense, por más que se encuentre suspendido de sus funciones. Con la lectura de la sentencia, seguramente podrá avanzar su exoneración definitiva del Poder Judicial.
Si este relato resulta increíble, más insólita es la defensa que esgrimió el abogado del acusado, quien presentó pericias para argumentar que su cliente “no tiene desarrollado los frenos inhibitorios”. Un concepto de construcción psicológica a través del cual se puede interpretar la conducta del algún niño de corta edad o de personas con alteraciones mentales. Pues bien: se trata de un funcionario del Poder Judicial, que se supone atravesó una serie de filtros y estudios previos para llegar al lugar en el que se desempeña. El letrado que representa al imputado es Luis Conde, el mismo que defiende a Néstor Leonardo, cuñado del presidente de la Nación, Mauricio Macri, en pleno juicio sucesorio contra la familia del jefe de Estado.
Entre los testimonios acusatorios están el de una auxiliar de la Justicia de Morón, dependiente de la Suprema Corte bonaerense; una empleada administrativa y al menos tres mujeres que forman parte de los equipos de limpieza de la Fiscalía General. Las cinco ya brindaron su declaración en el juicio y se sabe que hubo al menos dos mujeres más que padecieron los ataques de Iturriza Landó, pero una de ellas está en España y la otra nunca pudo ser ubicada para que exponga su calvario en el juicio.