Desde el Grupo de denuncia a los juzgados de familia de Morón que incumplen la ley queremos llamar la atención sobre un problema que como familias judicializadas en procesos de divorcios conflictivos nos afecta profundamente.
Los psicoterapeutas, psicólogos o psiquiatras son llamados muchas veces por los juzgados de familia para emitir informes e incluso declarar.
Consideramos que su visión casi nunca es imparcial ni se remite a lo exclusivamente profesional. Nos encontramos con barrabasadas como informes de personas a las que nunca vieron, a veces basados en otros informes antiguos, e incluso apreciaciones prejuiciosas en cuanto a raza, género o ideologías políticas que sólo vienen a “embarrar la cancha” a la hora de que un hijo recupere el amor de la mitad de su familia.
Pues bien, un artículo trae a colación un paradigma que no es nuevo: no hay un modo fácil de corroborar la colegiatura, matrícula o mínimo nivel de estudios del profesional en Psicología o Psiquiatra que va a dar su opinión vinculante acerca de que si conviene o no que seamos parte de la vida de nuestros hijos.
Esta información, que debería ser pública y accesible, no lo es. Y lo demuestra el caso de Daniel Sigaloff quien desde hace décadas trabajaba en Río Tercero, Brasil, Paraguay como psiquiatra y psicólogo especializado en temas tales como Violencia de Género. Desde el viernes corre una orden de detención en todo el territorio cordobés.
Cuántas vidas puede haber arruinado este hombre, más allá de la medicación prescrita, los suicidios y depresiones mal atendidas; pero también en juzgados de familia, viendo “violentos”, “abusadores”, “peligro” o no viéndolo.
Cuántos Sigaloffs habrá evaluándonos, cuántos cuya palabra puede decidir la vida de nuestros hijos están ahora mismo protegidos por la impunidad de las fiscalías, sin que podamos verificar siquiera sus competencias (por no hablar de su propia salud mental).
Cuántos Jorge Corsi, Licenciado en Psicología por la UBA y Master en la Universidad de Barcelona, autor de cinco libros que aún hoy son material de estudio en carreras de violencia familiar. Creador y ex director de la carrera de especialización en Violencia Familiar de la UBA; supervisor general del Centro Integral de Salud Psicológica y miembro fundador y ex presidente de la Asociación Argentina de Prevención de la Violencia Familiar.
Un referente hispanoamericano en la materia, que fue condenado por abuso sexual a menores de edad, pero que formó “agentes multiplicadores” de su doctrina, que es la de acusar anticipadamente a todo hombre de violento para alejar a los hijos de sus padres y tenerlos bajo su “protección”.
Indefensos y a ciegas, perjudicados por quienes deberían ayudarnos.
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